Su finalidad es ayudar a los niños, adolescentes y jóvenes a descubrir y vivir en común aquella riqueza de su mística personalidad que les capacite para la mejor forma de relación con Dios, la naturaleza y la sociedad. Los jóvenes identes se proponen restaurar la humanidad empezando por ellos mismos.
Su Regla de Honor es Ad Deum propter humanitatem (Hacia Dios por medio de la humanidad), es decir, aspirar a Dios viviendo un humanismo que tiene a Cristo como modelo.
Su lema es: “Dios, Naturaleza y Sociedad”, tres realidades imprescindibles en las que niños y jóvenes, guiados por su experiencia e investigación, descubren las más altas metas personales y sociales.
Dios, suprema realidad, se manifiesta libremente en el hombre creado como experiencia de amor abierto al infinito; como sed de trascendencia hacia el absoluto; como aspiración a lo más y nunca a lo menos; como búsqueda de la auténtica felicidad, paz y libertad; como deseo de verdad, bien y hermosura.
La naturaleza, como realidad creada, se refiere al cosmos y a la vida, de la que forman parte el espíritu, la psicología y el cuerpo humanos, que son los tres niveles de manifestación del ser personal.
La sociedad, como conjunto de relaciones y condiciones, debe fomentar la realización y convivencia entre los seres humanos, en todas las dimensiones: personal, familiar, histórica, cultural, artística, técnica, científica, religiosa, filosófica, política.
La sociedad, como conjunto de relaciones y condiciones, debe fomentar la realización y convivencia entre los seres humanos, en todas las dimensiones: personal, familiar, histórica, cultural, artística, técnica, científica, religiosa, filosófica, política.