Dentro del Voluntariado Idente misionero, del 8 al 16 de septiembre están teniendo lugar la Misión Idente Ecuador, que organiza cada año el Departamento de Misiones Universitarias de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), la Juventud Idente de Loja y el Instituto Id de Cristo Redentor de Misioneras y Misioneros Identes. En esta ocasión, movidos por una profunda fe e ilusión, 130 jóvenes partieron el pasado 8 de septiembre desde la ciudad de Loja hacia comunidades rurales de las regiones sierra, costa y oriente, pertenecientes a distintas diócesis, llamados a difundir la fe y el servicio a la comunidad bajo el mandato: “¡Id por todo el mundo y predicad el Evangelio!” (Mc. 16, 15).
Las actividades de los misioneros comprenden la integración en la vida de las comunidades a las que llegan y la estrecha relación con las familias, lo que les permite palpar de cerca su realidad y, a la vez, compartir con ellos la palabra de Dios, que en algunos casos, no conocen o sobre la que tienen muchas confusiones. En varios lugares se detecta un escaso desarrollo social y económico, a lo cual se suma la agudización de problemas sociales como el alcoholismo, el desempleo, la drogadicción, la desestructuración familiar y otros que requieren de una atención profesional específica.
La Misión Idente Ecuador nace en el 2004 como una iniciativa del Instituto de misioneras y misioneros identes y la Universidad Técnica Particular de Loja, dirigida por dicha comunidad, con el objetivo de evangelizar y servir a las comunidades del Ecuador, especialmente las que sufren una gran precariedad humana, moral y espiritual. Inició con la participación de 700 jóvenes universitarios tanto de Ecuador como de Perú, Chile, y Colombia, unidos para llevar la Buena Nueva del Evangelio por todos los rincones de la geografía ecuatoriana.
Desde entonces esta actividad evangelizadora se ha ido enriqueciendo con la participación de unos cuatro mil jóvenes universitarios a lo largo de todas sus ediciones, experiencia que ha marcado sus vidas y la de muchas personas porque a través de ella han reconocido la grandeza de su dignidad de hijos de Dios. Además, pese a las dificultades logísticas y geográficas que supone cumplir con este gran sueño, se han logrado plasmar proyectos de servicio a las comunidades rurales del Ecuador gracias al conocimiento de los jóvenes en campos como mediación de conflictos, huertos familiares, abonos orgánicos, injertos, reciclaje de basura, conservación de alimentos, sistema de letrinización, y control de signos vitales, desparasitación, higiene y nutrición.
Paralelamente, se ha ido sumando el aporte voluntario de médicos y estudiantes de medicina que han hecho posible la realización del proyecto Misión Médica, que cumple con el objetivo de brindar atención médica gratuita a las personas de aquellas comunidades misionadas que más lo necesitan. En muchos casos, es la primera vez que las personas atendidas reciben asistencia médica, lo cual les permite seguir un tratamiento adecuado para las diferentes enfermedades, usando medicamentos que han sido donados por farmacias y laboratorios que son clasificados por los mismos estudiantes voluntarios. Tal es el caso de Esmeraldas Chiquito (Las Malvinas), al sur de Guayaquil, donde los misioneros brindaron unas 500 atenciones médicas gratuitas. Se realizaron consultas en medicina general, los pacientes fueron mujeres, adultos mayores y especialmente niños. A estos últimos se les aplicó vacunas contra el tétanos.
Durante los días de misión, los jóvenes se encargan de realizar talleres y charlas con el objetivo de compartir con las personas catequesis sacramental y temas sobre valores, convivencia familiar, relaciones humanas, etc. Asimismo, las charlas pretenden ayudar a las comunidades a mejorar sus condiciones de vida, especialmente en lugares donde hay un déficit en los servicios básicos como: agua potable, alcantarillado y luz eléctrica; allí los misioneros emprenden la ardua tarea de educar a estas poblaciones en temas como: la utilización correcta del agua y normas básicas de higiene, e incluso les enseñan cómo construir baterías sanitarias.
Como muestra de la hermosa labor que realiza esta iniciativa apostólica, mencionemos algunas cifras, sabiendo que detrás de cada una hay personas concretas con las que los misioneros han compartido su vida. En el 2016, la Misión Idente Ecuador atendió a 816 familias, de 22 comunidades, con 978 niños, 350 jóvenes y 930 adultos.
De esta manera, la Misión Idente Ecuador favorece la conciencia social en los estudiantes universitarios y profesionales latinoamericanos al convocarlos a llevar el mensaje de Cristo. Para muchos jóvenes la Misión Idente ha significado un encuentro personal con Cristo, a quien han descubierto en la sencillez y generosidad de todas las personas que los acogen en los sitios de misión.
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